La fotografía como arte
Muchas fotografías han llegado a ser algo más que un recuerdo familiar. El salto cualitativo que existe entre ver o leer una fotografía es enorme, y para darlo solo se requiere un pequeño esfuerzo para tratar de captar lo que en ella se encierra.
La función estética de la fotografía viene a ser un mundo desconocido tanto para intelectuales y artistas en general, como para una gran mayoría de aficionados con excelentes intenciones.
Para deleitarse con una fotografía es necesario entenderla, hay que conocer cuáles son esas «virtudes» que pueden convertir el retrato de un amigo en una pieza digna de ser expuesta, pues la diferencia entre una imagen de auténtica consistencia y otra de nulo interés es, muchas veces, una cuestión de sutiles matices, y descubrirlos no es siempre una tarea fácil.
Hay un hecho incuestionable: el mundo que nos rodea el lo suficientemente rico y sugestivo como para que nos incite a hacer algo con él; unos han tratado de explicarlo en libros, otros lo han pintado y otros lo han fotografiado. Los motivos por los cuales se fotografía son diversos: belleza, vulgaridad y cotidianidad, inquietudes sociales, situaciones divertidas… La cuestión es que cualquier parcela de la naturaleza es susceptible de ser fotografiada, pero también debe quedar claro que buscamos resultados, y estos dependerán de la forma en que llevemos a cabo nuestro quehacer. Y para este fin se pueden tomar medidas.
En primer lugar hay que saber distinguir una buena fotografía de otra que no lo es. Una buena guía puede ser conocer a los clásicos, porque nos dan puntos de referencia y nos ofrecen la oportunidad de no hacer malas copias de buenos originales.
En segundo lugar, han pasado muchos años desde que se inventó la fotografía y, si bien la sensibilidad y la intuición por sí mismas le han dado obras maestras, hoy parece —y siempre hay excepciones— que aun ser estos elementos necesarios, no parece posible una fotografía que no aporte una visión particular del mundo, y para esto hay que conocerlo.
Bert Hardy, uno de los grandes pioneros del periodismo gráfico, en un artículo que escribió aconsejando a fotógrafos amateurs, decía : «No os preocupéis por quien, junto a vosotros, usa una cámara cromada. Lo importante no es la cámara, sino la persona que hay detrás de ella. Se pueden hacer buenas fotos con una box Browine».
Dicho esto, te doy la bienvenida a este blog. Si en el resto de la web podrás ver algunas de mis obras y servicios, aquí te encontrarás con artículos sobre el mundo de la fotografía.